Ya desde los 80, el diseñador alemán Dieter Rams se mostraba preocupado por la situación en que se encontraba el mundo en que vivía. Al ser consciente de que él, como diseñador industrial, tenía una responsabilidad con el planeta, se atrevió a cuestionarse: ¿Mi diseño es bueno? A partir de esta sencilla pregunta no sólo cuestionó su propio trabajo sino que también invitó a otros diseñadores a plantearse la misma pregunta, y estableció los 10 principios del buen diseño.
- El buen diseño es innovador. El desarrollo tecnológico ofrece siempre nuevas oportunidades para ello.
- Crea productos útiles. La gente adquiere productos para usarlos, así que un buen diseño debe ser no sólo funcional sino psicológica y estética.
- Es estético. Sólo los objetos bien ejecutados pueden ser bellos.
- Hace que un producto sea comprensible. Podría decirse que el buen diseño puede hacer que el producto hable por sí mismo.
- Es discreto. Debe ser neutral y contenerse en sí mismo para que el usuario pueda expresarse también.
- Es honesto. No engaña al usuario prometiendo algo que no cumplirá.
- Es duradero. No sigue modas, por lo tanto nunca pasará de moda.
- Es minucioso. Nada debe ser arbitrario o dejado al azar. El cuidado que se tiene en el diseño muestra respeto hacia el usuario.
- Es amigable con el medio ambiente. El buen diseño debe contribuir en la preservación del medio ambiente. Conserva recursos y minimiza la contaminación física y visual durante todo el tiempo de vida del producto.
- Es bueno entre menos diseño tenga. Menos pero mejor, porque se concentra en los aspectos esenciales.
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