Este año, no sólo el invierno nos dejó con ganas de un poco más del frío con el que nos excusamos para acurrucarnos toda la tarde de un fin de semana viendo películas y tomando chocolate caliente: este año, el calor de primavera se ha convertido rápidamente en el de verano, pero sin lluvias. La consecuencia: quisiéramos poder bañarnos más de una vez al día y andar por las calles como si estuviéramos en la playa.
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