¿Alguna vez te has puesto a pensar cuántas cosas tienes que en realidad no necesitas? Ya sea porque inicia el año, porque una mudanza, o simplemente por querer arreglar la casa, siempre es bueno deshacernos de lo que no necesitamos y aquí te decimos por dónde puedes empezar.
- Revistas viejas. Si bien es cierto que hay revistas que vale la pena conservar porque su impresión y diseño las hace también objetos, la verdad es que muchas veces conservamos revistas viejas que no tienen nada más que algún artículo que nos quedamos con ganas de leer. Revísalas todas y haz una depuración.
- Papelería. Hay algunas personas que son más débiles para esto que otras: la adicción a hacer compras en la papelería, quién sabe para qué, sólo por si acaso. El asunto es que conforme pasa el tiempo vamos acumulando estos productos que se llenan de polvo, se arrugan y, en caso de las plumas o pegamentos, incluso se llegan a secar. Sacarlas no sólo liberará un espacio en tu casa, sino también en los pendientes que tienes.
- Seguramente todos tenemos en casa una caja o bolsa donde atesoramos los cables que una vez nos sirvieron para algo. Siempre pensamos que alguna vez podremos necesitarlos pero, seamos honestos, cuando llega el momento terminamos comprando uno nuevo porque no nos acordamos que ese cable exactamente sí lo teníamos. Más vale irse deshaciendo de toda esa maraña y dar espacio para otra cosa.
- Artículos de limpieza. Así como la comida —y las medicinas—, los artículos de limpieza también expiran y muchas veces no lo sabemos porque ni siquiera nos acordamos de que existen hasta que nos mudamos. Si no tiene fecha de caducidad en el empaque, el color o el aroma te indicarán que ese producto ya no sirve. Saca todos esos empaques junto con los que aún conservas porque “todavía tiene un poco”.
- Calcetines huérfanos. Siempre los conservamos con la ilusión de que un día aparecerá su par, sin embargo lo mejor es sacarlos si después de un mes ese día nunca llegó.
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