Muchos creen que para hacerse de una propiedad es necesario contar con el capital por completo, o bien, conseguir un crédito hipotecario con alguna entidad financiera. Sin embargo, hay quienes no pueden adquirir fácilmente su departamento por ninguna de esas dos vías. Pues bien, hay una tercera opción para comprar que pocos conocen: el autofinanciamiento.
Sí, la idea es que cada vez hayan menos pretextos para cumplir el sueño de vivir en casa propia, o de empezar una buena inversión inmobiliaria. Esta alternativa es perfecta en caso de que no cuentes con el recurso para dar un enganche o los medios para contratar un crédito hipotecario —seamos realistas, cada vez son más las personas que trabajan de manera independiente, lo cual puede convertirse en una traba a la hora de solicitar apoyo hipotecario—.
Para entrarle al autofinanciamiento toma en cuenta que son dos etapas las que hay que transitar: la primera es de ahorro y la segunda contempla el pago de un crédito. Para empezar, hay que hacer un primer pago, además de contratar un seguro de vida y pagar una cuota de inscripción. Una vez que metas tu solicitud, serás incluido en un grupo en el cual se harán aportaciones mensuales a la cuenta de un fideicomiso.
Como en un autofinanciamiento vehicular, cada mes se reunirá todo lo aportado para financiar la compra de un bien de algún miembro del grupo. Esto se puede hacer tomando en cuenta la antigüedad de los participantes, pero también por medio de un sorteo, o subasta. Si tienes ganas de comprarte ese departamento, infórmate más sobre este tipo de opciones y aviéntate a la aventura de ver cómo puede crecer tu patrimonio.