Cinco aromas que deben salir de casa

Muchas veces, por mucho que nos esmeremos por mantener limpio nuestro hogar, los olores se aferran a vivir con nosotros y, como llegamos a acostumbrarnos, dejamos de percibirlos. No te confíes, que ya no te des cuenta de esos malos olores no significa que los demás tampoco; lo peor es que quizá por pena, pocos se atrevan a decirte. Acaba con ellos siguiendo las recomendaciones que aquí te damos.

  1. Aroma canino. Éste es el más frecuente. Amamos a nuestros perros pero su olor puede llegar a impregnarse con tal intensidad que hasta el mejor desodorante pierde la batalla. Además de tener los mejores cuidados de higiene y limpieza con él, hazte de un buen stock de bicarbonato de sodio y espolvoréalo regularmente en los espacios en los que más se acomoda; déjalo actuar durante algunas horas y aspíralo. Para la ropa, fundas y cobijas, añade una taza de vinagre de manzana a la hora del lavado. Para rematar, date una ayudadita con un poco de Febreze, hay incluso una versión especial para mascotas. Notarás la diferencia.
  2. Aroma de cama. Típico aroma que no percibes hasta que sales y regresas al dormitorio. Evidentemente lo ideal es ventilar muy bien apenas te levantes; sin embargo, una vela aromática te ayudará un poco más, así como mantener la ropa sucia fuera o muy bien guardada.
  3. Aroma de refri. A veces el aroma es tan intenso que hasta la comida sabe “a refri”. Evita el mal momento dejando dentro una caja de bicarbonato abierta, o bien una bolsita con café. Cambia cualquiera de las dos opciones regularmente y, procura hacer la limpieza una vez a la semana.
  4. Aroma de za Sí, la zapatera guarda de los peores olores, aun así seas el más limpio y no tengas problemas en tus pies; aunque la verdad los zapatos que peor huelen son los que llevas usando por más tiempo. Para salvarte del aroma, espolvorea tus zapatos con bicarbonato de sodio y procura orearlos antes de guardarlos.
  5. Aroma de baño. Penoso para ti y para tus invitados, mantén un baño libre de malos olores con un difusor de aromas. Los hechos con varillas y aceites naturales son los mejores porque son discretos y no dejan oliendo a desodorante.