Colonias como la Condesa han tenido la fortuna de ver cómo se rescatan varios de los recintos que en otros tiempos fueron centros de reunión importantes para la sociedad. Como ejemplo, el Centro Cultural Bella Época —antes Cine Lido— que, luego de varios años de abandono, volvió a ver la luz a partir de 2006.
La historia comienza en 1942, con su construcción a partir del diseño arquitectónico de S. Charles Lee —que también diseñó los cines Lindavista, Chapultepec y Tepeyac—. A partir del 25 de diciembre de ese año, el Cine Lido se convirtió en un lujoso referente cultural del lugar. Ubicado en la esquina de las calles Industria —hoy Benjamín Hill— y Tamaulipas, tenía una capacidad para 1300 personas y para su inauguración se publicó un anuncio que decía: “El centro de reunión de todas las damas elegantes (…) ¿Por qué quiere Lupita que la lleven al cine Lido? Porque, mujer de gran imaginación, quiere frecuentar centros sociales en los que impera un ambiente que, a más de ser distinguido, eleva la mente y el espíritu a regiones de fantasía”.
La primer película que se proyectó en el Lido fue Her cardboard lover (1942), protagonizada por Norma Shearer y Robert Taylor, y con el tiempo adquirió tanta popularidad que, aunada a la belleza arquitectónica con que estaba construida, fue locación de las películas Víctimas del pecado (1950), dirigida por Emilio Indio Fernández, y El que con niños se acuesta (1957), protagonizada por Germán Valdés Tin Tan y Lilia Prado.
En 1978 tuvo una primer remodelación a partir de la cual se reinauguró con el nombre de Nuevo Cinema Bella Época; pero a partir de 1980 el precio de las localidades fue en aumento: pasó de 20 a 1200 pesos en tan sólo siete años. Con estos cambios, el cine, como muchos otros en la Ciudad de México, tuvo un periodo de declive en el que se convirtió en un lugar en ruinas.
En 2003, a partir de la propuesta de Rossana Fuentes-Berain, surgió la idea de hacer de este lugar abandonado un nuevo complejo cultural y entonces la propiedad pasó a manos del Fondo de Cultura Económica. Para el proyecto se encomendó a Teodoro González de León que rescatara el lugar conservando el estilo original y adaptándolo a las nuevas necesidades que tendría: la venta de libros y actividades culturales. El 26 de abril de 2006 se inauguró finalmente como el Centro Cultural Bella Época al que, a partir de 2011, se adecuó un espacio para la proyección de películas al cual se llamó Cine Lido, y que hasta la fecha es operado por la Cineteca Nacional. A partir de entonces, el Centro Cultural Bella Época ha sido nuevamente un referente cultural de la Colonia Condesa.
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