Tener un perro en casa no debe significar que vivas en un lugar que huela y se vea como una casa de perros. Si no quieres pasar el día limpiando o que tus visitas se lleven una mala experiencia, sigue estos consejos para mantener tu hogar en las mejores condiciones sin tener que invertir tanto tiempo o dinero.
- El problema más frecuente que enfrentan las personas que viven con perros es el pelo que sueltan por todos lados, para evitarlo, cepilla todos los días su pelaje. Te darás cuenta de la diferencia con tan sólo cepillarlos cinco minutos al día: además de que te liberarás de todos esos pelos, su aroma natural mejorará, ya que al cepillarlo constantemente te deshaces de las escamas que suelta la piel al distribuir los aceites naturales por todo su pelaje.
Si, a pesar de hacer el cepillado diario, sigue quedando pelo en tapetes o alfombras, frótalas usando un guante de hule para limpieza —si ya es viejo, mejor— y remueve la acumulación de pelo con una toallita húmeda, toda la mugre saldrá muy rápido (de hecho, es mejor que el rodillo atrapa pelusa y también lo puedes hacer en tu coche, por ejemplo.)
Para remover el pelo del piso es mejor usar un trapo o toallas húmedas que una escoba, ésta sólo levanta el pelo para que caiga en otro lugar.
- Para mantener tu piso libre de huellas, procura dar una pasada a sus cojinetes con una toallita húmeda cada vez que regresen del paseo. No te toma mucho tiempo y sí hace la diferencia.
- Para el olor típico, el bicarbonato de soda es la mejor opción. Espolvoréalo en tu alfombra o tapete y déjalo ahí durante unas horas, después aspira y tendrás un mejor aroma.
Para mejorar aún más el aroma de tu casa, mezcla ¼ de taza de bicarbonato de sodio con agua y coloca la mezcla en un atomizador (si quieres, puedes añadir un par de gotas de aceites esenciales). Agita muy bien y rocía bien por toda tu casa.
El vinagre también funciona en este caso, aunque el olor que deja puede ser más fuerte que el de bicarbonato de sodio.
- Los accidentes pasan y si es el caso, asegúrate de limpiar lo más pronto posible porque además de que los aromas y contaminantes se dispersan con rapidez, tu mascota puede pensar que ese es el lugar para volverlo a hacer. Y muy importante: usa productos hechos para estas situaciones. Evita a toda costa limpiadores con amoniaco, pues los perros relacionan su aroma con el del olor de la orina.
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