El placer que reciben nuestros sentidos depende del balance que tengan los elementos que conforman aquello que percibimos: un sabor, una pintura, una canción. En diseño de interiores, hay algo que suele ser difícil de balancear: lo tradicional con lo contemporáneo; sin embargo, para gusto nuestro, existen mentes creativas como la de Dirk Jan Kinet, especialista en crear espacios llamativos que consiguen ese balance.
De nacionalidad belga, Dirk Kinet en realidad siempre ha sido una persona en constante busca de la libertad: escapó sin remordimiento de la escuela a los cinco años y vivió casi como trotamundos durante varios años antes de establecerse en la Ciudad de México. Estudió filosofía germana, fue actor y, finalmente, ahora se dedica al diseño de interiores.
Los proyectos que normalmente trabaja son residenciales, aunque también ha trabajado para restaurantes como el Pujol de Enrique Olvera, Tuna de Richard Sandoval y, recientemente, para la Taberna del León, de Mónica Patiño. Además de esto, Kinet se ha empeñado en compartir lo que sabe y le apasiona por medio de la docencia: desde 2006 da clases de estilismo en Centro además de que regularmente imparte algunos talleres externos.
Sin embargo, quizá una de las cosas que más ha llamado la atención de este diseñador, es que vive en un oasis en medio del caos de la ciudad. La casa, ubicada en República de Uruguay 108 (Centro Histórico) y datada en 1870, aparenta cierto abandono por fuera pero, una vez dentro, es evidente que no cualquier persona vive ahí. Su mobiliario y decoración cambia por completo cada dos meses por medio de un showroom que él mismo anuncia, por eso mismo también ha sido objeto de visita de distintas revistas nacionales e internacionales.
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