Con casi veinte celebrando la arquitectura en el mundo el primer lunes de octubre, la mejor forma de festejar en México es reconociendo la proliferación de nuevas mentes creativas que poco a poco se han encargado de perfilar la cara de la arquitectura contemporánea en México. A continuación hacemos un breve recuento del origen de esta celebración y los retos que se presentaron este año.
En realidad el día del arquitecto está basado en otra fecha conmemorativa, la del Día Mundial del Hábitat, que en 1985 fue designado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas para ser celebrado el primer lunes de octubre. La idea era que en este día se reflexionara sobre el estado de nuestras ciudades y se premiara a quienes hubieran contribuido a la mejora de las condiciones de los asentamientos humanos.
Casi diez años después, en 1997, la Unión Americana de Arquitectos quiso aprovechar esta fecha para celebrar también el Día Mundial del Arquitecto, para sumar esfuerzos en esta materia.
Este año el tema propuesto por la UIA fue el de “Arquitectura, Construcción y Clima” con la idea de que se profundizara el tema del impacto de la arquitectura en el medio ambiente y la responsabilidad que tienen los arquitectos en el cuidado de los recursos naturales. La propuesta es promover que se utilicen los recursos locales de una “manera innovadora y sencilla”.
Así, conscientes de que el planeta atraviesa una crisis de recursos naturales, algunos arquitectos han tomado la tarea de encontrar la mejor manera de aprovecharlos. Para darnos cuenta de ello, basta con que observemos las entradas de luz natural que tienen las construcciones, así como los materiales que se utilizan para ellas y la manera en que se pueden aprovechar los diversos espacios.
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