Son muchas las cosas que nos llegan a aturdir en la ciudad: las multitudes, el ruido del tráfico, las sirenas, las alarmas, la contaminación y un largo etcétera. No, definitivamente no es tan fácil vivir en la ciudad aunque la verdad difícilmente aceptaríamos salir de ella y privarnos de todos esos centros de entretenimiento, museos, parques y muchos otros privilegios si decidiéramos movernos a provincia; y es que, por más que digamos que la nuestra es la más caótica, todas lo son, ninguna se salva. La solución no es salir de ella sino aprender a vivir con ella, quererla con todo y sus bemoles pero ¿cómo? La meditación y yoga han sido una opción que se ha popularizado mucho en los últimos años pero la verdad es que la falta de tiempo se convierte en el pretexto para que muchos no se hayan atrevido a experimentar la tranquilidad en la ciudad. Aquí presentamos una alternativa que nos librará de todo pretexto para vivir en calma: mindfulness, o conciencia plena, con ella lograremos los mismos resultados que nos da la meditación, con la posibilidad de practicarlo en cualquier lugar de la ciudad, a cualquier hora, ya sea en la tranquilidad de un parque o en medio del tráfico.
Mindfulness significa estar atento, tener una conciencia plena de nuestro entorno y de nosotros mismos, hay quien asegura incluso que esta práctica puede ayudarte a minimizar o silenciar el dolor de una caída o una herida profunda. Mindfulness implica una serie de técnicas de respiración meditativa que ayuda a las personas a estar en el tiempo presente, librándolos del deseo de estar en otro lugar. Para ello, se recomienda lo siguiente:
- Estar al tanto de tus pensamientos, sentimientos y acciones sin juzgarlas
- Observar lo que sucede alrededor tuyo
- Estar plenamente consciente de tus sentidos a cada momento
- Procurar aceptar cada una de tus experiencias, hayan sido buenas o malas.
No suena tan difícil pero, seamos honestos, esto puede ser casi imposible para quien tiene que hacer trayectos de dos o tres horas diario, así sea en la “comodidad de su auto” o en el transporte público. Por eso presentamos algunos tips que nos pueden ayudar a lograr esa calma que tanto deseamos en medio de la ciudad.
- Encuentra tus maestros en tu propia casa.
Muchas veces no nos damos cuenta pero quienes mejor nos pueden ayudar a alcanzar la calma viven en nuestra propia casa. Las mascotas y los niños tienen una gran habilidad para vivir el presente, puedes acostarte junto a ellos y observar cómo permanecen en calma y cómo son capaces de mantener la atención en un solo estímulo, ya sea una luz o un sonido por ejemplo.
- Acepta hasta dónde puedes ejercitarte.
Muchas veces tenemos la intención de hacer ejercicio pero luego desistimos al pensar en lo mucho que nos falta, en el trabajo que cuesta o en lo cansados que estamos del trabajo. Pero si aceptamos nuestros límites podemos comenzar a hacerlo. Una vez que logras salir del sillón y te has puesto a caminar, piensa en cada paso que das, qué partes de tus pies van tocando el piso, escucha tu respiración, siente tus latidos y observa cómo van cambiando a medida que sigues avanzando. Pronto te darás cuenta hasta dónde has llegado.
- Encuentra espacios verdes cerca de ti.
Darte un momento del día para visitar aunque sea por unos minutos un parque te ayudará a relajarte. Cuando estés ahí trata de olvidarte de lo que hay afuera. Concéntrate en la caída de las hojas de los árboles, en el sonido que tiene el caminar de las personas y, aunque suene extraño: en el ruido de la ciudad.
- Ten a la mano algunos objetos que te produzcan tranquilidad.
Encuentra algunas cosas en las que puedas mantener tu atención y tráelas contigo en el camino o llévalas a tu oficina. Puede ser desde la típica pelota suave, algún objeto con texturas. Para los sabores puedes usar pasas y, para los aromas, granos de café.
- Escucha el sonido del mar en el transitar de los autos.
Increíble pero cierto, si pones atención al ruido de los autos que pasan, te darás cuenta de que el sonido que escuchas es semejante al de las olas del mar; si estás en medio del tráfico probablemente puedas llegar a escuchar cierto ritmo en cada ruido de claxon que tocan quienes no han logrado meditar en la ciudad. Si lo que escuchas es una sirena, tómala como un recordatorio para hacer una pausa y darte cuenta de lo que pasa alrededor tuyo.
- Aunque sea difícil, trata de desconectarte un momento al día de la tecnología.
El hecho de que tenemos que estar conectados las 24 horas del día es, nada más de pensarlo, estresante. Incluso las redes sociales, que podrían parecer ser un escaparate, se convierten en ese elemento que nos hace sentir que deberíamos estar todo el tiempo socializando, en actividad y siendo productivos. La verdad es que los momentos de calma y soledad también son importantes para la creatividad y productividad.