Los estudios dicen que para mantener la productividad y creatividad a tope durante el día, no hay nada como un buen descanso; y, seamos honestos, ¿quién de todos nosotros no disfruta tanto este momento del día? Para ayudarnos a conseguir el mejor de los descansos, es conveniente tener en cuenta el cuidado y limpieza del lugar en que dormimos, en este caso: las sábanas.
Parece mentira pero, por algo hay quien invierte en sábanas de miles de hilos que transmitan la suavidad y el confort necesarios para un buen descanso. Sin embargo, además de la calidad de sábanas que adquiramos desde el principio, es importante sobre todo darles un buen mantenimiento.
- Lo primero que hay que hacer es lavarlas con cierta frecuencia, una vez a la semana o máximo cada quince días, de esta manera nos aseguraremos de no dormir en compañía de ácaros y bacterias que poco a poco se van acumulando. Lo ideal en este punto es no añadir otras prendas para que las sábanas tengan un libre movimiento y, con ello, una mejor limpieza.
- Aunque normalmente las sábanas no tienen manchas difíciles de sacar, se recomienda lavarlas con agua templada o caliente, entre 40 y 60ºC, para que todas las bacterias y ácaros de vayan junto con la suciedad que se va acumulando de nuestra propia piel. Revisa las etiquetas por si necesitan que tengas algún cuidado especial al lavarlas; a menos de que las sábanas sean delicadas, puedes utilizar un programa normal o para ropa de algodón para que queden bien limpias.
- No te excedas con el detergente, de otra manera puede que las sábanas queden con restos del mismo y no salgan tan suaves después del lavado.
- Cuando termine el lavado, procura retirarlas pronto para que las encuentres lisas y libres de humedad.
- Si tienes secadora, mételas pronto y en cuanto estén listas puedes doblarlas o ponerlas de nuevo en tu cama. El programa en este caso debe ser corto y a temperatura baja.
- Si lo tuyo es el aire libre, de igual forma tiéndelas pronto para evitar las arrugas y aléjalas del sol para que no se modifique su color o blancura. Recógelas pronto para que conserven la suavidad del lavado.
- Una vez que estén de nuevo en tu cama, te recomendamos que añadas unas gotas de alguna fragancia, por ejemplo de lavanda, para que ahora sí, disfrutes de un buen descanso envuelto en sábanas de reyes.
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