No existe una definición científica oficial de lo que es un superalimento, pero básicamente son alimentos que contienen altas cantidades de vitaminas y minerales indispensables para el buen funcionamiento del cuerpo. Funcionan también como antioxidantes: sustancias que protegen nuestro cuerpo de daño celular y previenen enfermedades.
Hay una gran variedad de alimentos comunes que proveen este tipo de nutrientes –el aguacate y el cacao–, pero también existen otros un poco más exóticos que vale la pena conocer.
Bayas de Goji: Estas bayas, provenientes del Tíbet y Mongolia, contienen altas cantidades de vitamina C y han sido utilizadas por herbolarios chinos por siglos para curar problemas de visión y mala circulación.
Algas marinas: Son ricas en ácido graso omega 3 que ayuda a prevenir infartos y apoplejías. También tiene minerales importantes como el calcio, magnesio, hierro, potasio y zinc. Se pueden comprar las hojas para agregarlas a alguna ensalada o simplemente comerlas solas.
Mangostino: Esta fruta de origen indonesio tiene una cáscara gruesa de color morado que recubre un interior blanco. La parte de afuera contiene xantona, un compuesto que además de ayudar a reducir inflamaciones se cree puede ayudar a combatir el cáncer.
Kéfir: Es un estilo de bebida rusa que se parece mucho al yogurt. Está hecho de leche fermentada y en los últimos años su popularidad ha crecido ya que es rica en prebióticos, que son conocidos por ayudar al sistema inmune y promover la buena salud digestiva.
Levadura nutricional: No se debe confundir con la levadura seca o para pan; este tipo de levadura no hará más esponjoso tu pastel. Es una gran fuente de proteína y fibra y además es de los pocos alimentos completamente veganos que contiene vitamina B12: que es esencial para el funcionamiento normal del cerebro y del sistema nervioso. Se le puede echar a básicamente a cualquier platillo mientras lo estés cocinando, o también es un excelente aditamento para las palomitas.